domingo, 23 de septiembre de 2012

Un instante, una persona, un libro...y el mar

Cuando viajamos siempre tenemos la idea de descubrir cosas desconocidas hasta entonces, o de sentir nuevas experiencias, o simplemente de revivir momentos pasados. Las razones y los resultados de nuestros viajes pueden ser infinitos.


Hablemos de lo típico. Viajamos a un país extranjero, o visitamos cualquier lugar dentro de las fronteras. Llevamos nuestra guía y un itinerario bien preparado...¡y listos para descubrir! Qué típico, y qué divertido, pero al mismo tiempo necesario. ¿Necesario? Sí, pensamos que es esencial visitar aquello importante, lo que te enseñan las guías, lo que vemos por televisión, lo que nos recomiendan nuestros amigos y todo aquello que sería un gran delito no conocer en un lugar del mundo que ni siquiera sabes cuando volverás a ver con tus propios ojos. El viaje se vuelve agobiante antes de empezar. Pero nadie lo sabe. La exaltación por lo nuevo se interpone ante  toda esa idea. Sí, soy partidaria de todo eso y siempre he viajado nublada por la exaltación. Pero, ¿qué pasa cuando todo da un giro?, ¿qué pasa cuando te encuentras en un lugar y en un estado de distensión? Bienvenido a mi último viaje.

Fotos tomadas en Malta. Alba Castillo
Piso nueva tierra, veo horizonte, respiro aire fresco...respiro mar. Un instante de tu vida. El momento te pide distorsión. El momento quiere marcharse a un lugar lejano en tu mente, pero con los cinco sentidos puestos en ese nuevo punto de encuentro. ¿Encuentro con quién? Encuentro con uno mismo, con el cielo, con el mar...y con un libro en tu mano, que se convierte en tu única compañía.

Dejas la guía a un lado y te aventuras a VIVIR, a saborear cada segundo de la vida. Disfrutas de aquellas pequeñas cosas que te regala la naturaleza, diminutas cosas que componen un gigantesco nimbo de felicidad y relajación. Sientes alivio, desahogo y empiezas a deleitarte con cosas ajenas a lo típico y que te ofrecen sensaciones mucho mejores.

Tu viaje sigue siendo un viaje, pero muy diferente al que habías programado. Te trasladas a otro mundo dentro de un mundo que ya es nuevo para tus sentidos. El traslado se hace a través de la mente.

Fotos tomadas en Malta. Alba Castillo

El diario del ron en Malta
Cierras los ojos, a 120 kilómetros por hora. El cabello roza el aire, el viento te lo empuja hacia atrás, y la brisa...la brisa se cuela por todos tus sentidos y llega a una paz absoluta en tu interior. En ese momento tu viaje ha empezado de verdad.
 

«Era media mañana cuando salí del apartamento, pero el sol estaba tan ardiente que parecía media tarde. Mientras conducía por la avenida de la playa recordé lo mucho que había disfrutado de las mañanas en los primeros días de mi llegada a la isla». El diario del ron, Hunter S. Thompson.


2 comentarios:

  1. ¡Muchas felicidades! Soy Jesús Cervantes de México y creo, como tú, que muchas veces buscamos conocer otros países, culturas, formas de ser y dejamos de lado vivir ese momento y la conexión con uno mismo: lo que puede ser el viaje más interesante de nuestras vidas.
    JC

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  2. Viajar a un lugar con la mente en blanco,y dejarnos llevar por la magia...es la clave de cualquier viaje. Ir a un sitio desconocido puede traernos experiencias infinitas,y tu foto transmite eso,enhorabuena!!

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